martes, 3 de agosto de 2010

Beduinos. Nuestra Resaca

Como otro año más, han terminado las fiestas de moros y cristianos de San Blas. Hemos tenido de todo, cosas buenas y otras menos buenas. Bajo mi punto de vista nada de lo malo es digno de reseñar. Las habituales cosas que salen cuando se organiza algo desde la ilusión y las ganas sin ser profesionales de lo que nos toca ser responsables. Por ello pienso que todo el mundo desea que las cosas salgan bien y de hecho pone todo su empeño en ello, lo que pasa es que hay muchas veces que los resultados no son lo esperado. Pero lo importante es tomar nota y la próxima vez mejorar.
Tengo que reconocer que para mi han sido unas fiestas algo atípicas, dentro de mi evolución en la fiesta cada año intento disfrutar al máximo todos los actos de la misma y no solo disfrutarlos si no también entenderlos y saber su significado. El tema del mundial y los horarios nos han llevado un poco de cabeza.
Si compañeros, yo como vosotros siempre me hago la misma pregunta, ¿vale la pena luchar todo un año para disfrutar unos pocos días?, pero la misma fiesta se encarga de responderme en pleno disfrute de la misma. Sí, siempre y cuando vivas la fiesta como a uno le guste.
Acudí a la reunión del cierre del ejercicio con muchas esperanzas, empezar ya a trabajar en la próxima fiesta y en nuestra capitanía a dos años vista. Quería dejar mi responsabilidad como tesorero y si lo estimaba oportuno el próximo presidente hacerme responsable de otra área. Pienso que no es bueno que estemos mucho tiempo desempeñando la misma responsabilidad, es muy posible que exista otra persona que aporte algo nuevo y mejore mi gestión, al igual que yo en otro sitio. Con ello también uno se da cuenta de lo complicado que es ser responsable de algo y el esfuerzo que ello requiere. Así todos nos damos cuenta.
Reconozco que cuando leí el acta se me cayó el alma a los pies. De hecho lo comenté nada más comenzada la reunión. Me resultó una reunión de ajuste de cuentas. El señor presidente soltaba “comentarios sobre…… “, como el que suelta un trozo de carne en una jauría de lobos, y luego todos los lobos, incluido yo nos matábamos por obtener el mayor pedazo. Eso sí de lo que es fiesta, pura fiesta nada. Todo se basó en recriminaciones, amenazas, golpes en la mesa, chillar, disgustos y como he dicho un ajuste de cuentas en toda regla. Es más, la confección y autoría de esa acta no la tengo muy clara. Según el presidente pretendía que todo saliese a la luz ese día para que no se hablase ya más de ello. Bajo mi punto de vista lo que ha conseguido es el efecto contrario.
Nadie tiene la verdad absoluta, existen tantas verdades como ojos con las que se ven. Al igual que todo se puede interpretar de varias maneras. Por ello sacar discusiones de asuntos personales en una reunión de este tipo, no tiene nada positivo. Todos tienen la razón y ninguna la tiene. En esta vida es muy importante admitir que de un mismo tema pueden existir diversas opiniones, no hay buena y otra mala. Todas son buenas. Lo importante es respetarlas aunque no se compartan.
Deberíamos haber comenzado con todo lo bueno que hemos vivido durante esta fiesta, y sobre los pequeños defectos reconocerlos para que no se repitan, pero lo malo es secundario. No se habló del magnífico boato cristiano, ni de la espectacular escuadra del alférez moro, con sus trajes y maquillaje, de las bandas que salieron tan espectaculares en el desfile y de muchos otros detalles que seguro a mí se me escapan. Pero que son la verdadera fiesta. Las discusiones entre dos personas, las interpretaciones, los comentarios, las críticas, los gritos, el yo más, el tu menos, los golpes en la mesa, etc., son para un programa de Telecinco, no para una reunión de amigos y compañeros de fiesta.
Me arrepiento ese viernes del tiempo que perdí y encima no pude bañar a mis hijas, darle de cenar a Irene, contarle un cuento a María y perderme una gran velada con mi mujer ya que cuando llegué estaba durmiendo.
Rogaría en lo sucesivo hablemos en la reuniones solo de fiesta y de cómo hacerla cada día más grande. Como pueden ver para mí acudir a una reunión tiene un enorme sacrificio. Lo hago solo por la fiesta, no por espectáculos ridículos que son capaces de sacar lo peor de cada uno, incluido de mÍ.
Aunque como he dicho esto es solo mi punto de vista y probablemente desde vuestro pensamiento estará equivocado. Pero eso es lo que tiene gracia, que todos nos respetemos.
EL BEDUINO NOVATO.

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