domingo, 8 de agosto de 2010

BEDUINOS. FESTEROS Y FIESTEROS.

Mi primer contacto con las fiestas de moros y cristianos de San Blas, se produjo por la insistencia de mis tíos Manolo y Pepi. Reconozco que al principio no tenía ni idea de que se trataba todo esto. Ellos fueron guiándome y enseñándome poco a poco el significado de esta fiesta tan particular, al igual que muchos compañeros que sienten esta fiesta desde lo más profundo.
En este momento disfruto de ellas plenamente y con el paso de los años voy descubriendo nuevos significados de todo lo que pasa a su alrededor. Como muchos se habrán dado cuenta yo no soy un marchoso desenfadado, más bien todo lo contrario, mi paso por la pista de baile se reduce a lo obligatorio y necesario para acceder al cuartel a sacar alguna provisión.
Yo adoro estas fiestas por lo que representan, si no nos quedamos en la superficie y decidimos adentrarnos en las profundidades de la misma, existe lo que yo llamo la pura esencia de la fiesta. Lo primero y más importante, la música. Al principio para mi todas las marchas sonaban iguales, ahora es posible que sea capaz de distinguir algunas de ellas. El paso, ¿qué es eso del paso? , la música te lo marca, y sabes cuando vas con el paso correcto o a paso cambiado e incluso te permites el lujo de ver otras filás para ver si van bien. Antes te fijabas en el compañero o en los de delante. Los trajes son fundamentales, aunque sobre esto hay diversas opiniones, todas respetables. Traje de propio o alquilar uno. Las capitulaciones, el alardo, visita de cuarteles, desfile de abanderadas, entraeta, noche de las escobas, etc. Todo esto es lo que a mí me gusta de la fiesta y de hecho lo que considero más importante. Esto es lo que marca la diferencia entre las fiestas de moros y cristianos y cualquier otra fiesta.
Por otro lado la fiesta son más cosas, que también pertenecen a la misma, pero que son comunes a cualquier otra fiesta. Pista de baile con música disco, buena comida y buen servicio, beber y bailar hasta el amanecer, empalmar la noche con el día, etc.
En una de las grandes conversaciones que mantuve con Juan Ramón, el y yo llegamos a una concusión. Existen festero y fiesteros. Ambos son necesarios para la fiesta, con festeros solo no se podría mantener el coste de la diversión y sin festeros no existiría la fiesta.
No sé cual será mi grado de festero, pero me decanto por este formato. Como he comentado antes “sin festeros no hay fiesta de moros y cristianos”. Debemos marcar nuestras prioridades y nunca descuidar la esencia de nuestra fiesta. Bajo mi punto de vista valoremos lo importante y hagamos una gran fiesta de moros y cristianos. Si descuidamos este aspecto habremos perdido nuestras señas de identidad y lo mismo dará estar en los moros y cristianos de San Blas, que en cualquier fiesta de bario o pueblo sin despreciar a ninguna de las dos.

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