Como el propio curso nos ha enseñado todos tenemos talento, cada uno el suyo distinto al del otro.
El problema es que en la empresa hay una serie de vicios que siguen todavía. Yo siempre hablo por mi propia experiencia y seguramentente estaré equivocado en algunas o muchas cosas.
Dentro de los veinte años que llevo trabajando en un taller la palabra talento la he oído aplicada a la empresa desde hace poco.
La estructura de la empresa ha sido siempre bastante clara. Arriba el jefe y debajo todos los demás. Eso lo aplicamos a todo, lo que dice el jefe es lo que vale sea una locura o no y desde ahí vamos bajando. No os quiero contar lo que pinta un aprendiz. Esos son los vicios a los que me refiero.
Necesitamos una revolución en los sistemas de gestión. Nos quitamos todos las galones y nos hacemos todos soldados rasos. Nos metemos en una bolsa removemos y vamos sacando uno tras otro. Cada uno que sale da su opinión y aporta su talento. Se hace una lista con todo y un comité de dirección formado por un grupo de la empresa decide que cosas se ponen en marcha.
Seguramente nos quedaríamos sorprendidos con las aportaciones, por su valor.
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