Vaya semanita llevamos con dichoso teléfono. Lo que se lleva es coger tu tarifa plana, sentarte en el sofá y pedir ciento y un presupuestos a otros tantos talleres para el cambio de unas escobillas.
Sí, nuestro entorno está cambiando y a pasos agigantados. Por suerte algunos pensamos que sigue existiendo la ética. Si, señoras y señores, esa es la moda, llamar por teléfono y pedir presupuestos a diestro y siniestro, hasta encontrar el chollo o la desesperación.
Escobillas, lámparas, baterías, cambios de aceite, tornillos, etc., todo vale. Pero, ¿lo que más le interesa es el precio?. ¿Y el servicio?, ¿y la calidad del recambio?, ¿y el tipo de aceite?, ¿y el trato del profesional que le atiende?. Por eso nadie pregunta, y en realidad es lo más importante.
Lleve su vehículo a donde usted crea oportuno, es su derecho, pero no mire solo el precio. Por encima de él, existen otras cosas que son mucho más importantes y que más tarde o más temprano repercutirán en su bolsillo.
La confianza es lo primero, nunca iré a comer a un sitio que no me inspire confianza. Donde el cocinero no me agrade, donde dude si el camarero metió el dedo en mi plato y si mi cuenta ha engordado. Con todas esas dudas solo puedo coger un dolor de barriga y aunque me este comiendo una delicatesen pensaré que como comida para gatos.
¿Vosotros que preferís, servicio y calidad o el precio más bajo?.
Publicado en blog Infocap el 05-11-2010.
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